martes, 25 de diciembre de 2007

Feliz Navidad!!!


;)

domingo, 9 de diciembre de 2007

Casita Nueva

Son las dos de la mañana, mi chica duerme y los perros roncan a mis pies. Yo, me pongo una copa de Cacique con cola y reflexiono...

Llevo un día viviendo en la nueva casa. Me mudé ayer, me encanta como me siento aquí, me gusta despertarme y ver los tejaditos de Madrid debajo de mi, las chimeneas con su humo blanco expulsando el frío de las casas, la silueta de la sierra asomando a lo lejos, el ático del de enfrente con esa terraza que me mata de envidia y que no entiendo muy bien porqué no usan, la luz que desprende cada rincón de la casa y por supuesto, tener horno, nevera normal, lavaplatos y cuatro fuegos de vitrocerámica para cocinar.

Todos o casi todos, conocéis como era mi cocina antes, dos fuegos eléctricos en los que si cocinabas en uno no podías hacerlo en el otro por cuestión de espacio entre cacharros y de electricidad (saltaban los plomos si encendías los dos), una encimera de 60 cm que compartías con la cafetera, el rollo de cocina y los platos que estaban secando en ese momento después de haber sido fregados y algún objeto espontáneo que estaba ahí sin saber muy bien de donde había salido. La nevera de David el gnomo que no era más alta que mi cintura y una área libre de movimiento para dos personas cariñosas que coordinan sus movimientos para poder abrir la nevera, no quemarse con la sartén o coger algo de un armario.

Con todo esto, me doy cuenta de que no es importante lo que tengas si no como lo vivas, es decir, cuando yo vi el otro piso por primera vez, me gustó mucho y he estado en esa cocina de los diminutos muy agusto y muy bien (salvo por la nevera), pero, ahora que he vuelto a tener lo que todos entendemos (generalizando por supuesto) una "cocina normal", te das cuenta de que si echabas de menos la nevera grande, el lavaplatos, el horno y los fuegos pero que sin embargo, cuando no los has tenido te has adaptado sin problemas.

He pasado muchos meses con mis cosas metidas en el trastero de mi hermano y ayer las traje a la casa nueva y cuando abres una caja y ves que dentro están los objetos que te han acompañado durante mucho tiempo, te sientes como una niña abriendo los regalos de papa nöel pero después cuando se ya has abierto todas las cajas, te das cuenta de que mola tener todo eso pero que no dejan de ser cosas materiales perfectamente sustituibles y reemplazables.

Alee a ser felices....
;)